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lunes, diciembre 15, 2008

Esto va a toda prisa... 

No lo entiendo. Llevo aquí más de dos meses, llegan las vacaciones de Navidad y a mí me parece que llegué ayer. De momento sigue gustándome mi trabajo mucho, aunque cada vez entiendo más como funcionan las cosas y puedo prever lo que me va a ir quemando con el tiempo. Encontré otra clase de flamenco que me gusta más y sigo yendo a lo del tenis. El tenis me gusta mucho pero soy malísima y me frustro un montón. Además mis contrarios me destrozan psicológicamente cuando cuentan mal los puntos, porque no ye plan de corregir todo el rato a gente que apenas conoces, así que me quitan puntos por el morro.

Estamos metidos en plena Navidad. Las casas parece puticlubs de la cantidad de luces que les ponen por fuera. Las tiendas están a rebosar a todas horas. Los descuentos se suceden, 20% sobre las cosas ya rebajadas, nos quitan el IVA para que la gente compre más... es una locura. Yo, que en Berlín a veces me pasaba muchas semanas sin comprar nada que no fuera comida, compro algo cada dos días. También es verdad que me acabo de mudar y me faltan infinitas cosas en el piso, pero igual, es un sinsentido.

Ya sabéis lo que me gusta alabar la eficacia de la gente. Le mande un mail a la Conche preguntándole por el nombre de una pelu donde quiero pedir cita para cuando vaya a Gijón. En mi mail mencioné el día que tenía pensado ir. No hizo falta más. A los pocos minutos me había hecho ella la cita para el día que yo quería y todo como yo lo quería. Sin habérselo ni sugerido. Me dejó boquiabierta. Hermana, a ver si te luces tu igual con mi cita en el gine. Es que parece que en este país lo de hacerse revisiones ginecológicas, no se estila. Es una cosa muy rara. La medicina es un poco de chiste aquí. Bueno, por lo que me cuentan, que yo aún no lo he experimentado. Pero conociéndome... no tardaré.

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