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martes, diciembre 18, 2007

No me quieras tanto, mi amor, quiéreme mejor 

La semana pasada dejé la bici aparcada bajo la estación donde solía coger el S-bahn para ir a trabajar (durante el último año lo cojo normalmente en otra). En esa estación hay un paisano por las mañanas que vende periódicos. Le he visto todos los días durante algunos años, excepto cuando está de vacaciones que tiene a un sustituto. Vende periódicos de verdad, no la farola y esas cosas. El caso es que dejé la bici allí porque no me apetecía ir hasta el dentista a la carrera en bici y con el frío que hace y luego volver para ir a trabajar, así que cogí el bus. Vi al señor y le di los buenos días, como hago siempre. Al volver una hora después el abuelo ya no estaba, pero me había dejado en la bici un Tagespiegel. Hoy se ha vuelto a repetir la historia, sólo que esta vez ha dejado el periódico en la cesta de mi bici mientras yo aún le veía porque estaba en la parada esperando el bus. Levanté un brazo para darle las gracias. No sé por qué lo hace, porque yo en todos estos años sólo le compré un zitty una vez. Ahora me siento en deuda con él y no sé como agradecérselo.

Yo además es que paso bastante del periódico. Pero ya que lo tengo... he leído que este es el primer año en el que crece la población de Berlín desde hace 10. Y había un artículo interesante sobre familias ultracristianas que creen en el creacionismo y por eso no llevan a sus hijos al cole y les dan clases en casa. No les parece normal que a sus hijas les enseñen a teoría de la evolución y tampoco quieren que aprendan lo que es una pirulina ni para que sirve (entiéndase hacer hijos, que de otras cosas ni hablan, claro). Pues en Alemania van listos, si en verano es imposible no encontrarse con pirulinas al viento por cualquier esquina. La peña, vaya manera de estropearle la vida a los hijos.

Ay, estoy enloquecida. Están poniendo en siglo xxi el nuevo disco de Malevaje! El título de esta entrada es de la canción que estaban poniendo y da título al album. Qué emoción!

He vuelto a ser un animal social otra vez y salí de farra el viernes y el sábado. Me lo pasé bastante bien las dos noches y por primera vez en un año no estaba pendiente de la hora para marchar para casa, porque a pesar de que también quería trabajar el finde, no tengo la misma presión. El caso es que el whisky-cola se ha convertido en mi mejor amigo. Puedo medio tajarme sin tener que pasar el día siguiente en la cama medio muerta. Me pasó algo raro (pa' mi gusto). Tuve muchos momentos en los que no sabía que decir y no decía nada. Yo, que hablo todo el rato, con cualquiera y prácticamente de cualquier tema, que siempre tengo algo que decir, pues esas dos noches la gente me contaba cosas, nada fuera de lo normal, y yo no era capaz ni de asentir. Miraba para la gente con cara de panoli mientras intentaba que alguna palabra saliera de mi boca. Ahora, casi lo que más me sorprendió es que mis interlocutores no se inmutasen y siguiesen hablando a su bola. Lo mejor de las noches fue ese marujeo absolutamente indecente a siete bandas en el que una de mis amigas contó la típica historia de una tal ramona que se enamoró de un tal julio josé y se quedó preñada y más tarde descubrió que julio josé tenía otra familia en su país de origen y en vez de echarle de casa para siempre, se quedó preñada otra vez. Las conclusiones de mis amigas (que tenían todas un buen patinete) no tienen desperdicio: él era muy fértil y ella tenía las bragas muy flojas. Me encanta la expresión. A ver si consigo usarla estas vacaciones, pero en primera persona que mola más: "na, yo es que tengo las bragas muy flojas" jaja.

Mañana vuelo a España. Por primera vez vuelo con la Almu. Mola. Vamos a llevar el tupper con comida y tener conversaciones absurdas rajando de todo el mundo, síí. Y además puede que me baje del aeropuerto a la city con la One. Bien, bien.

En fin, que nos vemos en Xixón.

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