la vida en berlín

Me la acabo de pegar en bici. Tampoco fue pa tanto. Unos moratones, unas heridas en las rodilla, lo típico, nada nuevo en mí. Se me rompió un poco la bici, pero nada importante tampoco. Pero la mala leche... fue por mirar pa'l infinito. Se me va la pinza. Por cierto, odio la bici que tengo aquí. A ver si me traigo la de Berlín, que antes era la de San Francisco. Vamos, mi bici.

A lo mejor ya lo escribí aquí alguna vez. El que las ciudades estén asfaltadas me da muy mal rollo cuando pienso en ello. Las raices de los árboles por debajo de las aceras. No tiene ningún sentido. Entiendo como empezó: unas piedras aquí, otras allí. Pero a quién se le ocurrió asfaltar kilómetros y kilómetros y cubrir la tierra?

Tengo visita dentro de un ratín. Vamos a hacer croques. Y el finde que viene Geri y Almu! Y al siguiente me piro pa Sevilla otra vez.