la vida en berlín

Esta foto la hizo la Marian(ela) cuando estuvo aquí y me gusta mucho. La petarda tras la tarta soy yo. Le iba a hincar el diente a la tarta en el mismo momento en el que las guajas me pararon porque le querían sacar una foto. Mi reacción, retirarme hacia atrás y girar la cabeza, tiene una doble motivación y por eso me gusta tanto la foto. Primero que no quería salir en la foto y segundo que no podía contener las ganas de llevarme la tarta a la boca. Si hasta me tengo que sujetar las dos manos. Soy una fartona. La tarta era de semillas de amapola, bizcocho, queso fresco y chocolate. La perfección.

Leí en el suplemento del País una entrevista con Jaime Rosales, un director de cine del que no había oído hablar hasta ahora. En general, no me gusta le entrevista (en general, cada vez me gusta menos el suplemento pero está bien pa' hacer collages). Me gustó mucho, sin embargo, su descripción de la familia como una bestia.

"La familia es una especie de bestia. Si se domestica, te da mucha seguridad y protección, es un escudo; pero si no, puede ser tremendamente destructiva, una especie de arma nuclear. Si la empleas contra el enemigo y te responde, le haces polvo; pero si se vuelve contra ti, te aniquila. Determina mucho a los individuos."

Y lo que cuenta del sufrimiento.

"El problema del sufrimiento es doble. Primero, porque como no estamos acostumbrados a compartir el dolor, estar con alguien que sufre es muy incómodo. Entonces, en lugar de apoyarlo, te alejas, y esa persona se siente más sola, sufre aún más. Y segundo: quien sufre, como sabe que si muestra ese dolor va a ser rechazado por el otro, no lo muestra. Los que sufren tienen esa herida por dentro. Nos cuesta mucho compartir lo que realmente importa."

"Cuando yo tenía 10 años, el dolor se compartía. Era como un filete que se pone en la mesa y cada uno coge un trozo. Estudié de adolescente en Estados Unidos y me chocaba que un desconocido te contara algo superíntimo. Pensaba: "Madre mía, esto se comenta en España sólo a los muy amigos". Ya entonces, ellos, a sus amigos, no podían contarles esas cosas; no podían compartir el dolor porque producía rechazo. Y sin embargo, era una terapia contarle su dolor a un extraño. Eso está pasando ahora aquí."

Es que es verdad. Tenemos la capacidad para condolernos medio atrofiada. Lo de "te acompaño en el sentimiento" tendría que ser algo más literal, estar ahí, acompañando y punto pelota. Además me encanta la metáfora culinaria, eso de poner el filetón en la mesa pa que todos le hinquen el diente... me pregunto si de verdad era distinto hace unos años.

Ays, sí, qué pasa? Estoy triste porque esta mañana se marchó mi hermana Nesi y mi hermana adoptada Marianela. Buahhh. Pero no me dará tiempo ni a echarlas de menos que esta tarde llega ya la siguiente hornada, mis tíos. Me paso el día poniendo lavadoras con sábanas y toallas mientras escucho a la mala cantándome aquello de "Se te va a pasar la vida limpiando el salón!"

Acabo de descubrir la wikipedia leída. Me descojono. Bueno, me descojono yo y se descojona el chaval que lo lee: tanga. Llegué aquí leyendo sobre el café. Es que he decidido tomar café solo en vez de con leche a partir de ahora. No sé si tengo una razón concreta. Supongo que es ése masoquismo que me lleva a forzar cambios en mi vida para castigarme. Hace más de un año dejé de echar azúcar al café y creo que fue una buena decisión. Sin embargo, hay muchas veces que no funciona: como cuando me hice vegetariana y me duró desde la hora de la comida a la de la cena.

Me sudan las tetas... no puedo quitarme esa frase de la cabeza y descojonarme. Creo que estoy cerca de recordar su origen pero no estoy segura... prima Ana? jajaja, quién la dijo?? Por cierto, acabo de recibir un sms de tus padres también que llegaron a España. Ayer estuvieron en mi casa y les di un paseu por el barrio y les llevé a cenar y todo genial. Yo no lo vi, pero tengo entendido que tu madre se recorrió todo Potsdam con la bici en falda enseñando todas las bragas, guapa. (Esto no es verdad, pero es el típico bulo que vamos a ir contando de generación en generación. Sólo hay que hacérselo llegar al tío Javi. Ya sabéis, familia). Prima, aquí te espero. Oye, que viene el retío Santos desde la Florida (como dice él) la semana que viene. Por si faltaba alguien. Esto es la polla (perdón por el vocabulario, mamá).