la vida en berlín

Estuve en Londres viendo a Eva Yerbabuena y tal. Bastante bien, pero entre el viaje y todo... demasiada pela... Me moló más el concierto de Raimundo Amador en Gijón la semana pasada, a pesar de que el pavo tenía la voz al alto la lleva. Aunque puse papel higiénico (bueno, un pañuelo de papel) en los oídos, me levanté con un pitido de la pera... me entró un miedo a tener tinitus... pero después de 15 min intentando volver a dormir, decidí seguir el sonido y me llevó a la nevera de mi hermana, que tenía la alarma encendida. Mi hermana y yo nos peleamos con la nevera para quitar la alarma, mientras que la jafruta nos gritaba cosas de la temperatura y tal. Al final, capitulamos y mi hermana sacó las instrucciones. Entonces se me encendió la bombilla y comprobé si la puerta del congelador estaba bien cerrada... ooops. Yo creo que se reabrió sola porque me parez raro tener un despiste así.

Es el fin de año fiscal por estos lares, fin de cuatrimestre, y mi compi de vacas... así que estoy currando muchito. Y no puedo jugar al tenis porque tengo la muñeca y el antebrazo fatal. Hoy tuve que llamar al fisio de Gijón desde aquí.