miércoles, diciembre 15, 2004
Lavadora. Pecados. Perro. Policia. Postal. Otro año más
Hoy voy a contar un batiburrillo de cosas para despedir el año. Una de ellas fue la última que me pasó con un perro, así que aviso a mi amiguina ,la REINA de Bilbao, por si no le apetece leerlo.
Primero voy a hablar de mi relación amor-odio con la lavadora. Desde que hemos conseguido una otra vez, la he tenido que poner casi todos los días, lo cual por una parte jode, pon lavadora, tiende ropa, recoge ropa seca, pon lavadora... pero luego es que una vez que la pongo me quedo frente a ella y entro en trance (la de antes era de carga superior, así que no podía "ver la lavadora"). Cada vez que me descuido me trago el programa completo. Me quedo tonta, peor que con la tele. Es como meditar. No hubiese reconocido aquí esta debilidad si no es porque he descubierto de dónde viene.
El domingo nos fuimos a la inauguración de un festival de cine "Europe in motion". Ponían 7 horas de cortos gratis. Nos tragamos casi tres. Algunos muy buenos, y otros tan malos que aún siendo cortos se te hacen largos. Pero a lo que iba. Hubo un corto, de los que más gustó, que estaba formado por siete cortos, cada uno de los cuales describía un pecado capital. Fue un descojone, sobre todo la gula, en el que una chavala que estaba atracándose a comida mientras veía telebasura, le intentaba explicar a su novio, que se asomaba por la puerta, lo que veía en la tele, sin dejar de comer y de una manera bastante paranoica, como fuera de sí. El gringo se giró hacía mí y me dijo; "Como tú". No comments.
El otro que me moló ganso fue el de la lujuria: era una lavadora funcionando, en el centrifugado. Y entonces lo entendí, ver funcionar una lavadora es como ver hacer el amor. Bueno, casi, no voy a exagerar. Esta vez el gringo se giró hacía mí con una mirada de "ahá, entiendo". Y no voy a seguir porque estoy pensando que casi que me veía reflejada en todos los cortos de los pecados capitales, joer, menos mal que fui a un colegio de monjas que si no...
Como esto no tiene ningún tipo de orden ni concierto ahora cuento lo del perro. El lunes fui a comprar al Lidl y al salir pasé cerca de un perro que estaba atado a un árbol. Un perro más bien grande y bastante mono. Me mordió. Me pegó un mordisco el capullo que yo di un salto hacía atrás a la vez que gritaba a pleno pulmón. Se paró todo el mundo a ver que pasaba. Yo no me paraba de tocar la pierna por encima de la ropa y miraba al perro completamente desconcertada. El perro miraba hacia otro lado y silbaba, el cabrón. Me iba a ir a coger la bici medio cogeando y aún totalmente alucinada, pero decidí que al menos tenía que decirle al dueño lo que había pasado, porque si le pega un mordisco así a un crío no me quiero ni imaginar. Así que estuve esperando en la puerta del Lidl durante unos 20 minutos infernales, que debíamos de estar a 0 °C, pero el dueño del perro no se dignó a aparecer. Como me estaba quedando congeladita y encima unos guajes en la acera de enfrente empezaron a tirar fuegos artificiales (sí, como lo oís, fuegos artificiales, no petardos ni nada así, a pesar de que está absolutamente prohibido) decidí irme a casa. Muy raro todo, yo ya no sabía si me estaba pasando de verdad o estaba soñando.
Y la fiesta de mi cumple fue una coña. Hombre, las ha habido mejores pero tampoco estuvo mal. Lo mejor fue el final, cuando yo estaba pinchando a las cuatro y media o cinco de la mañana y veo un walkie-talkie delante de mis narices, levanto la cabeza y me encuentro a 6 polizisten. 6, nada más y nada menos. La polizei siempre viene a nuestras fiestas, pero es la primera vez que vienen tantos amiguitos juntos. Además que estaban cabreadísimos, me mandaron apagar el equipo y desmontarlo y creo que se enfadaron aún más cuando preguntaron qué quién vivía allí y todos dijimos que no sabíamos. Al final apareció Alex, mi amigo el que vive allí y nos metimos en otro marrón porque le pidieron que les enseñara el contrato de alquiler, y no tiene. Ni contrato de alquiler, ni permiso de residencia (se cansó de hacer cola para renovarlo durante días y creo recordar que dijo algo así como "que me venga la policía a buscar a casa" jajaja), la casa llena de porros y la música a todo volumen. Con este panorama parecía bastante claro que lo mejor era hacer lo que nos decían e irnos todos pa casa. Pero ya sabéis como ye la gente tajada, se les ponían farrucos a la policía diciendo que ellos se quedaban porque les salía del pito. Bueno, al fin conseguí que saliesen todos por la puerta y la polizei (por cierto, léase polichai) se cansó de ver a Alex revolver papeles y nos dejaron en paz.
La otra gran coña de mi cumpleaños fue el regalo que me hicieron mis amiguinos. Bueno, más que el regalo en sí, la postal hecha a mano que lo acompañaba. Nunca una postal había dado para tanta risas. La hizo mi amiga la Geri, una artista. Recortó fotos de ellos tres y una mía y las pegó en el interior. Hasta ahí bien. Pero luego tuvo un ataque de creatividad y dibujó los caretos de la peña en el sobre de la postal. Yo no me puedo quejar, podría ser yo misma o Candi-Candi, pero bueno. Ella misma, la japuta, se dibujó monísma, en eso coincidimos todos. En la foto parece una pedigüeña, pero en el dibujo parece una chica muy mona. Pero los otros dos. Jua, jua,jua. Todo el que lo ve se parte. Al Samu lo sacó chino y con unos rizos que parece una muñeca de porcelana china, quiero decir una muñeca china de porcelana, que lío. Y a la Almu, que es una tía guapa guapa... si ve ese dibujo cualquier niño de ocho años se vuelve a mear en la cama durante el resto de su vida. Si es que intentando arreglarlo y darle un poco de realismo al dibujo le puso hasta como sangre por la cara. Ella misma confiesa que cuando vio el resultado pensó que la Almu no iba a querer firmar la postal, e iba a tirarla, pero no tenía más sobres... Como la Almu es una cachonda, nos hicimos las megarisas.
Bueno, pues el sabado sabadete estaré volando con el freak con el que vivo a Barcelona, donde pasaremos un par de días. Luego a Gijón y después de nochevieja pa Granada a pasar una semana de vacaciones que ya me toca. Estoy que no quepo en mí de gozo, volver al terruño!!
Voy a despedirme por este año y aprovecho para mandar un besucu al Samu, que se me va de Berlín y a la Ire y a Mónica la REINA que se me fueron hace unos meses. Nos lo pasamos teta por aquí eh? A ver que nos depara el 2005. No puedo dejar de pensar en la comida de mamá, ays, gigigi!!
Primero voy a hablar de mi relación amor-odio con la lavadora. Desde que hemos conseguido una otra vez, la he tenido que poner casi todos los días, lo cual por una parte jode, pon lavadora, tiende ropa, recoge ropa seca, pon lavadora... pero luego es que una vez que la pongo me quedo frente a ella y entro en trance (la de antes era de carga superior, así que no podía "ver la lavadora"). Cada vez que me descuido me trago el programa completo. Me quedo tonta, peor que con la tele. Es como meditar. No hubiese reconocido aquí esta debilidad si no es porque he descubierto de dónde viene.
El domingo nos fuimos a la inauguración de un festival de cine "Europe in motion". Ponían 7 horas de cortos gratis. Nos tragamos casi tres. Algunos muy buenos, y otros tan malos que aún siendo cortos se te hacen largos. Pero a lo que iba. Hubo un corto, de los que más gustó, que estaba formado por siete cortos, cada uno de los cuales describía un pecado capital. Fue un descojone, sobre todo la gula, en el que una chavala que estaba atracándose a comida mientras veía telebasura, le intentaba explicar a su novio, que se asomaba por la puerta, lo que veía en la tele, sin dejar de comer y de una manera bastante paranoica, como fuera de sí. El gringo se giró hacía mí y me dijo; "Como tú". No comments.
El otro que me moló ganso fue el de la lujuria: era una lavadora funcionando, en el centrifugado. Y entonces lo entendí, ver funcionar una lavadora es como ver hacer el amor. Bueno, casi, no voy a exagerar. Esta vez el gringo se giró hacía mí con una mirada de "ahá, entiendo". Y no voy a seguir porque estoy pensando que casi que me veía reflejada en todos los cortos de los pecados capitales, joer, menos mal que fui a un colegio de monjas que si no...
Como esto no tiene ningún tipo de orden ni concierto ahora cuento lo del perro. El lunes fui a comprar al Lidl y al salir pasé cerca de un perro que estaba atado a un árbol. Un perro más bien grande y bastante mono. Me mordió. Me pegó un mordisco el capullo que yo di un salto hacía atrás a la vez que gritaba a pleno pulmón. Se paró todo el mundo a ver que pasaba. Yo no me paraba de tocar la pierna por encima de la ropa y miraba al perro completamente desconcertada. El perro miraba hacia otro lado y silbaba, el cabrón. Me iba a ir a coger la bici medio cogeando y aún totalmente alucinada, pero decidí que al menos tenía que decirle al dueño lo que había pasado, porque si le pega un mordisco así a un crío no me quiero ni imaginar. Así que estuve esperando en la puerta del Lidl durante unos 20 minutos infernales, que debíamos de estar a 0 °C, pero el dueño del perro no se dignó a aparecer. Como me estaba quedando congeladita y encima unos guajes en la acera de enfrente empezaron a tirar fuegos artificiales (sí, como lo oís, fuegos artificiales, no petardos ni nada así, a pesar de que está absolutamente prohibido) decidí irme a casa. Muy raro todo, yo ya no sabía si me estaba pasando de verdad o estaba soñando.
Y la fiesta de mi cumple fue una coña. Hombre, las ha habido mejores pero tampoco estuvo mal. Lo mejor fue el final, cuando yo estaba pinchando a las cuatro y media o cinco de la mañana y veo un walkie-talkie delante de mis narices, levanto la cabeza y me encuentro a 6 polizisten. 6, nada más y nada menos. La polizei siempre viene a nuestras fiestas, pero es la primera vez que vienen tantos amiguitos juntos. Además que estaban cabreadísimos, me mandaron apagar el equipo y desmontarlo y creo que se enfadaron aún más cuando preguntaron qué quién vivía allí y todos dijimos que no sabíamos. Al final apareció Alex, mi amigo el que vive allí y nos metimos en otro marrón porque le pidieron que les enseñara el contrato de alquiler, y no tiene. Ni contrato de alquiler, ni permiso de residencia (se cansó de hacer cola para renovarlo durante días y creo recordar que dijo algo así como "que me venga la policía a buscar a casa" jajaja), la casa llena de porros y la música a todo volumen. Con este panorama parecía bastante claro que lo mejor era hacer lo que nos decían e irnos todos pa casa. Pero ya sabéis como ye la gente tajada, se les ponían farrucos a la policía diciendo que ellos se quedaban porque les salía del pito. Bueno, al fin conseguí que saliesen todos por la puerta y la polizei (por cierto, léase polichai) se cansó de ver a Alex revolver papeles y nos dejaron en paz.
La otra gran coña de mi cumpleaños fue el regalo que me hicieron mis amiguinos. Bueno, más que el regalo en sí, la postal hecha a mano que lo acompañaba. Nunca una postal había dado para tanta risas. La hizo mi amiga la Geri, una artista. Recortó fotos de ellos tres y una mía y las pegó en el interior. Hasta ahí bien. Pero luego tuvo un ataque de creatividad y dibujó los caretos de la peña en el sobre de la postal. Yo no me puedo quejar, podría ser yo misma o Candi-Candi, pero bueno. Ella misma, la japuta, se dibujó monísma, en eso coincidimos todos. En la foto parece una pedigüeña, pero en el dibujo parece una chica muy mona. Pero los otros dos. Jua, jua,jua. Todo el que lo ve se parte. Al Samu lo sacó chino y con unos rizos que parece una muñeca de porcelana china, quiero decir una muñeca china de porcelana, que lío. Y a la Almu, que es una tía guapa guapa... si ve ese dibujo cualquier niño de ocho años se vuelve a mear en la cama durante el resto de su vida. Si es que intentando arreglarlo y darle un poco de realismo al dibujo le puso hasta como sangre por la cara. Ella misma confiesa que cuando vio el resultado pensó que la Almu no iba a querer firmar la postal, e iba a tirarla, pero no tenía más sobres... Como la Almu es una cachonda, nos hicimos las megarisas.
Bueno, pues el sabado sabadete estaré volando con el freak con el que vivo a Barcelona, donde pasaremos un par de días. Luego a Gijón y después de nochevieja pa Granada a pasar una semana de vacaciones que ya me toca. Estoy que no quepo en mí de gozo, volver al terruño!!
Voy a despedirme por este año y aprovecho para mandar un besucu al Samu, que se me va de Berlín y a la Ire y a Mónica la REINA que se me fueron hace unos meses. Nos lo pasamos teta por aquí eh? A ver que nos depara el 2005. No puedo dejar de pensar en la comida de mamá, ays, gigigi!!
# escrito por María @ 6:12 p. m. |
viernes, diciembre 10, 2004
Fiestuqui!
Hace un par de semanas que no escribo, pero es que con lo de la mudanza y tal, he estado liada. Por fin nos hemos instalados, aunque hay cajas que estarán en medio de la habitación hasta la primavera sin que yo me digne a organizarlas, y hemos entregado las llaves del antiguo piso. Fueron unos días muy dolorosos que culminaron el miércoles con la adquisición de una lavadora de segunda mano que nos subimos entre el gringo y yo al quinto piso. Casi palmamos. Y lo peor fue encajarla en los muebles de la cocina y ponerla a funcionar porque después de una hora de verla dando vueltas nos dimos cuenta de que no había cambiado el agua en ningún momento. Descubrimos que el tubo que la conectaba con el desagüe se había quedao doblado y como consecuencia después de varios esfuerzos la bomba había dejado de funcionar. El gringo decidió entonces arreglarla por si mismo. Habían dado ya las 11 de la noche de un día muy largo, así que cuando empecé a ver agua saliendo de la lavadora gracias a las manipulaciones del capullo éste, decidí transportarme mentalmente a un estado inferior de consciencia, hacer como si nada de todo eso estuviera pasando y meterme en la cama. Oye, a los dos minutos la lavadora estaba funcionando como nueva. La verdad es que a veces no hay nada como saber arroncharse...
Lo de arroncharse lo aprendí en la facultad de química durante las prácticas en distintos laboratorios. Es la única manera de que no te cargen las culpas de todo lo que está pasando. Y poco más aprendí, eso y a "prostituirme", como yo digo. Me refiero a este tener que soportar a gilipollas indecentes que no tienen ni puta idea de nada, pero especialmente ni puta idea de como relacionarse con los demás, sin decirles lo que pienso de ellos ni mandarlos a cagar, por el hecho de que de ellos depende tu sueldo a final de mes. Creo que ya traté el tema en ocasiones anteriores, pero es que éste lunes y por segunda vez éste año, después de un par de semanas de estrés absoluto en el curro preparando una puti charla para dios, digo, el super jefe cabrón, sacrificando incluso un domingo entero aquí, el capullo aparece demasiado tarde. Demasiado tarde incluso después de haber retrasado la charla más de una hora.
A esto se junta que la semana pasada tuve que ir a la universidad a asistir a una clase en coche desde la empresa con "el perro". "El perro" es uno de los personajillos de la empresa que da más pena que otra cosa y que tiene este mote (que le he puesto yo y sólo uso cuando hablo de él en casa) porque se comporta exactamente como un perrito faldero del super jefe cabrón. Cómo no voy a sentir que me prostituyo si me pasé una hora en el coche dándole conversación amablemente a alguien a quién en otras condiciones no me molestaría ni casi en saludar? Y no sólo eso. Luego me tragué su soporífera clase. Y le dije que me había gustado!!! Me repugna a mí misma tener que hacer esas cosas. Me puse mala. En el viaje de vuelta me entró una migraña que no conseguí mantener los ojos abiertos. Y no os he contado lo peor: me tocó! Durante el viaje de ida me dio una palmadita en la pierna mientras me comentaba cualquier gilipollez. Ahí sí que casi vomito. Soy extremadamente sensible a que me toque alguien que no quiero que me toque.
Bueno, no sé porqué me he puesto a hablar de esto ahora...
Hoy hacemos una fiesta en casa de mi amigo Alex para celebrar su cumple y el mío. A ver si sale bien. Es decir, a ver si la gente acaba borrachos como ratas y chingando en los descansillos, jeje. Me tengo que ir a comprar bebida pa hacer sangría. Fiestaaaaa!!!!!!
Come all you rambling boys of pleasure
And ladies of easy leisure
We must say adios!
until we see
Almeria once again!!!!
Lo de arroncharse lo aprendí en la facultad de química durante las prácticas en distintos laboratorios. Es la única manera de que no te cargen las culpas de todo lo que está pasando. Y poco más aprendí, eso y a "prostituirme", como yo digo. Me refiero a este tener que soportar a gilipollas indecentes que no tienen ni puta idea de nada, pero especialmente ni puta idea de como relacionarse con los demás, sin decirles lo que pienso de ellos ni mandarlos a cagar, por el hecho de que de ellos depende tu sueldo a final de mes. Creo que ya traté el tema en ocasiones anteriores, pero es que éste lunes y por segunda vez éste año, después de un par de semanas de estrés absoluto en el curro preparando una puti charla para dios, digo, el super jefe cabrón, sacrificando incluso un domingo entero aquí, el capullo aparece demasiado tarde. Demasiado tarde incluso después de haber retrasado la charla más de una hora.
A esto se junta que la semana pasada tuve que ir a la universidad a asistir a una clase en coche desde la empresa con "el perro". "El perro" es uno de los personajillos de la empresa que da más pena que otra cosa y que tiene este mote (que le he puesto yo y sólo uso cuando hablo de él en casa) porque se comporta exactamente como un perrito faldero del super jefe cabrón. Cómo no voy a sentir que me prostituyo si me pasé una hora en el coche dándole conversación amablemente a alguien a quién en otras condiciones no me molestaría ni casi en saludar? Y no sólo eso. Luego me tragué su soporífera clase. Y le dije que me había gustado!!! Me repugna a mí misma tener que hacer esas cosas. Me puse mala. En el viaje de vuelta me entró una migraña que no conseguí mantener los ojos abiertos. Y no os he contado lo peor: me tocó! Durante el viaje de ida me dio una palmadita en la pierna mientras me comentaba cualquier gilipollez. Ahí sí que casi vomito. Soy extremadamente sensible a que me toque alguien que no quiero que me toque.
Bueno, no sé porqué me he puesto a hablar de esto ahora...
Hoy hacemos una fiesta en casa de mi amigo Alex para celebrar su cumple y el mío. A ver si sale bien. Es decir, a ver si la gente acaba borrachos como ratas y chingando en los descansillos, jeje. Me tengo que ir a comprar bebida pa hacer sangría. Fiestaaaaa!!!!!!
Come all you rambling boys of pleasure
And ladies of easy leisure
We must say adios!
until we see
Almeria once again!!!!
# escrito por María @ 2:57 p. m. |
