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jueves, enero 27, 2005

Mis niños. 

Una pequeño post pa hablaros de estos chavales de los que ya he hablao alguna vez: Culcha Candela. Los hemos vuelto a ver en concierto este sábado pasado y son la monda. Primero que yo los describo siempre como unos chavales de 17 años pero cada vez dudo más de la edad que pueden tener. Hace ya dos años que los vi por primera vez y han dao el "salto a la fama" y un estirón de la pera. Pero es que además estuve mirando la web y los videos y cada vez los veo más paisanos, no sé. Y se han ido todos al gimnasio o algo, porque se han puesto de un cachas que en dos años más los vamos a llamar Cachas Candela. Yo los sigo viendo como unos crios porque cuando los conocí parecía que se había juntao el fío de la Ramona y de la Juliana pa disfrazarse a lo MTV y cantar en las fiestas del barrio.

El concierto estuvo bien, tocaron otros tres grupos antes que ellos que no me gustaron tanto. Era para recaudar fondos para mandar a Sudasia. Lo peor es que como son una especie de newkidsontheblock pero de la era hip-hop-ragga-reagge-latino-fusion pues sus conciertos están llenos de críos y como decíamos la Almu y yo el otro día, nos miran. Pensarán que estamos un poco mayores pa estar dándolo todo en primera fila. Y encima a mí me pone uno, el negro, aunque es negro? a mí me parece que sí, el de las rastas, que además parece el más joven. Soy una pervertida? Na, seguro que es mayor de edad.

In da city...where the party always gonna rock on...rock on
Now inna sunshiny weather where people come together
Berlin city...love you but sometimes I got to move on
Sometimes I got to come down from da trouble, from da noise and from da sound


jueves, enero 13, 2005

Devuelta, digo, de vuelta. 

Pues ya estoy en Berlín again después de haber disfrutado de las maravillas del terruño:
- sidra a dolor, comidita rica, rica
- familia y amigos
- conversaciones en español
- mucho sol en Granada
- el mar
- las croquetas de la tía Paula (no sé si sabéis que son las mejores según todo el mundo que las ha probado)
...

Y además:
- gente fumando bajo la señal de "prohibido fumar" mientras espera su equipaje
- un par de días de lluvia, lluvia, en Asturias
- ardor de estómago y estreñimiento
- todo el mundo hablando al alto la lleva
...

Las conversaciones más extendidas, algunas de las cuales fueron bastante polémicas, giraron en torno a:
- el piso nuevo (el de los demás, no el mío, que no hay mucho que contar al respecto): la espera durante la construcción, la financiación, las calidades, los muebles, ikea en Gijon, la zona (que si es Viesques y no es Ceares) ...
- la boda (no de la mía que probablemente no ocurrirá nunca): si ha sido o si va a ser, si se hace con toda la pompa, si se hace en la iglesia, el motivo de hacerla, las expectativas que se tienen al respecto, el tejemaneje económico que lleva consigo, el viaje...
- el tabaco: si algún día se prohibirá en España fumar en bares, si es asocial prohibir a la gente que fume en tu casa, si el capullo de tu encargado entra fumando un pitu a decirle a tus compañeros que procuren no fumar en el despacho porque por culpa del tabaco te pasas enfermo medio año, y tardan dos años en cambiarte de despacho a uno en el que no se fume (historia verídica)
- si que prácticamente toda España escuche Bulería, bulería y les guste es cuestión de gustos o cuestión de ignorancia provocada por el aborregamiento al que estamos sometidos

Durante las conversaciones con familiares y amigos, me tacharon de intolerante, de no respetar las opiniones ajenas, mi madre me llamó incluso extremista y mi primo fascista. Desde aquí os agradezco a todos las críticas, que por supuesto me dan que pensar. Y ahora me defiendo. Creo que no soy intolerante porque convivo diariamente con una fauna extremadamente variada, con gente de muchas culturas y credos distintos, y supongo que para ser medianamente feliz en semejante situación hay que vivir aislado (que no es mi caso) o ser más o menos tolerante, porque si no ya me diréis. Por cierto que hacía mucho tiempo que no oía comentarios tan xenófobos como los que he oído en España en estas tres semanas (y alguna de mis amigas aquí también lo comentó el otro día a su vuelta de España). También creo que respeto las opiniones que escucho de mis amigos y familia, porque si nos las respetase no me molestaría en ponerlas en tela de juicio e intentar rebatirlas. Y lo del extremismo, pues vale, a lo mejor a veces me pongo un poco extremista, pero es que ante algunas barbaridades que se oyen, no se puede uno poner de otra manera. Lo de mi primo creo que se le fue la olla, porque me dijo que era una fascista después de oirme comentar de un antiguo amigo "joer, está completamente apaisanaú, que mieu me da!".

Lo que está claro es que me preocupa que personas cercanas a mí me vean así. Sólo que por más que lo intento no les veo la razón. A veces hablo con un tono bastante déspota. Me resulta muy difícil de controlar. Pero para algo me conocéis. Además que cuando voy al pueblo me siento en la obligación de cuestionar determinadas tradiciones. Y basta ya.

A ver... cosinas que recuerdo de este viaje, en plan desordenao:

Estuvo puti mare la Alhambra. A pesar de haberla visto en fotos en multitud de ocasiones, me impresionó. También la Sierra Nevada. Fuimos dos días, uno a esquiar (joer que caro es!) y otra a subir caminando. Hice el ridículo a mi estilo. Caminamos desde una altura de 2.100 m hasta 3.400, creo. A la mitad yo no tenía bastante oxígeno e iba agonizando. Íbamos despacísimo y yo no paré de quejarme en todo el camino. El gringo dice que cada vez que se daba la vuelta me encontraba rodando por el suelo. Y es literal. Cada poco me tiraba al suelo medio afogada. Soy una rémora. Lo sé.

En Barcelona estuve un día y medio en la cama con migraña, vamos, la mitad del tiempo que estuvimos allí, un asco.

Fuimos a comprar pan a un super en el Albaycín y no me lo querían vender porque decían que era laxante, que si sabía lo que era y tal. Yo me descojonaba. En Alemania casi no se usa el pan blanco y eso que ellos llaman pan laxante, aquí es el pan nuestro de cada día, así que a mí tanta explicación me daba risa. Como si fuera un medicamento.

En el hostal donde estuvimos en Granada, casi una semana, no se podía apagar el radiador de la habitación. Tenían un sistema antiguo y tenían que apagarlo ellos en algún sitio. Les dijimos que no necesitábamos calefacción y se quedaron flipando. Cada vez que conocíamos a alguien nuevo que trabajaba allí nos decía "ah, vosotros sois esos que no usan calefacción, pues no sé como podéis". Y el último día vino el dueño a darnos la mano porque estaba impresionado. Decía que éramos los campeones, y que "mens sana in corpore sano" y que debíamos de tener un espíritu y una fuerza de voluntad de la pera. A mí ya me daba hasta vergüenza.

Y para terminar vuelvo a la actualidad: hoy les he ofrecido a los compis del curro quesu cabrales, chorizo y manchego. Con el cabrales se quedaron acojonados. Uno incluso se llevó un poco para dárselo a probar a su mujer.


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