la vida en berlín

La final de la Eurocopa estuvo muy bien. Yo aterricé en el aeropuerto de Berlín sólo un par de horas antes del partido y entre eso y que estaba pleased to be a woman, me encontraba fatal y me tuve que marchar pa' casa nada más terminar el partido. Tampoco pasa nada. Mientras dura el partido lo disfruto y grito y digo pijadas y animo al equipo y tal. Pero en el mismo segundo en que se acaba, se me pasa todo y soy incapaz de celebrar porque no veo nada que celebrar y me parece todo muy raro: yo con una camiseta de España, las petardas de mis amigas cantando a por ellos oe... jaja. Os iba a poner un archivo de sonido con estas cantando, pero no me han dao permiso. Tuve durante medio partido un micro de la prensa alemana delante de la boca, lo cual me tocó un poco las narices, pero bueno, la gente tiene que hacer su trabajo.

La verdad es que me reí mucho. Sobre todo con una amiga italiana y su novio alemán que son como Faemino y Cansado y no pararon de decir pijadas durante todo el partido. Ella está loca y se pasó todo el partido dale que te pego animando al arbitro Rossetti porque era el único italiano que aún seguía en la competición, vaya gritos: forza Rossetti, grande Rossetti! Cada vez que el pavo pitaba una falta. jajaja, osti, lo que nos reímos. Y cada vez que los alemanes tenían la pelota, esta gritaba: Arbeiten!! (a trabajar!). jaja. Estábamos en un biergarten, al final apoyados en una mesa o de pie, así que cada vez que había alguna situación de peligro y la gente que estaba sentada delante de nosotros se levantaba, no veíamos nada. Yo empecé a gritarles a los alemanes que por favor se quedasen sentados, super bitte, super danke, que al fin y al cabo estábamos en Alemania, el país de la organización. Y tío, me miraban con una cara de pedo de la leche, pero se contenían y se quedaban sentados. Qué pueblo más disciplinado. Ocho años aquí y todavía flipo.

El jueves pasado estuve en Heidelberg en unas charlas. Me quedé esa noche allí, viendo a España ganar a Rusia con unos amigos, tomándome un whisky en una fiesta universitaria (la de pila de años que no iba a una!) y comiendo espaguetis bolognesa a la una de la mañana por el módico precio de 1.90 euros en un chigre mortal en el que la música que sonaba mientras comíamos era esta (la canción dice que nos vamos a morir todos, tal vez mientras nos lavamos los dientes, o durante la cena y cosas así). Al día siguiente cogí un tren a Stuttgart donde pasé el resto del finde. Fue genial. L&K cocinaron para mí, me llevaron a ver muy buena música, a comer comida mexicana casera, me dieron una bici, jugamos al ping-pong (en el que Mr. K. me machacó, lo admito), competimos subiendo escaleras (y en el tramo corto yo machaqué a Mr. K.), jugamos a fútbol americano... un finde perfecto que terminó con un brunch descomunal.

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Esto de arriba lo escribí la semana pasada y al final no tuve tiempo de postearlo. Así que lo hago ahora a lo rápido. Estoy subida a un tren de estrés. Pero bien. El viernes ensayando flamenco hasta la 1.30 de la mañana. El sábado actuación en la que se me fue un poco la pinza, pero bueno. Parez que vivo en Sevilla en vez de en Berlín porque después de actuar y ver bailar flamenco durante todo el día, acabé con la profe y los guitarristas de mi clase en una fiesta flamenca, todo muy guay. Sigo muy liada. En dos días tengo una entrevista de trabajo en Cambridge, UK, y al día siguiente viene mi prima la guapa de Puelto Lico de visita a pasar el finde. Guaysssssssss. Vamos p'allá!