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domingo, diciembre 31, 2006

2006 

Soy una persona a la que le molestan a veces mucho los símbolos y las tradiciones porque me parece que se usan a menudo para escudarse tras ellos, para justificar errores y barbaridades. Pero como estoy llena de contradicciones, como todos vosotros, hay algunos símbolos y tradiciones que me parecen necesarios. Eso sí, sólo los que a mí me da la gana. Hay otros que el tiempo y la experiencia me están ensenhando (no tengo enhe y no me sale) a valorar. Uno es el de hacer recuento al final de anho y expresar deseos y propósitos para el anho nuevo.

Yo soy más de "mi anho natural", como canta la buena vida:

Y es que para mí lo anhos no comienzan cuando el frío azota la ciudad
Suele ser más tarde tras el mes de agosto cuando necesito madurar
Recogerme en mi cuarto a pensar lo que he hecho en el anho y descansar


Son tantos errores y tantos contratiempos que a veces no me quiero levantar

Pero se superan o al menos eso creo

De todas formas solo queda intentar
Y no hacerlo de nuevo y mejorar en todo lo que pueda
Me ayudarás???


Pero este anho ha sido bastante desastroso, así que voy a aprovechar que se acaba para despedirlo, a ver que pasa. Lo cuenta mi hermano aquí, en febrero le diagnosticaron cáncer de pulmón a mi padre. Fue justo cuando el gringo, ese elemento con el que he compartido casi cuatro anhos de mi vida se marchó a San Francisco. No volvió a los tres meses, como estaba planeado, sino a los ocho meses y para poco más que empaquetar cosas e irse sin fecha de regreso o para siempre, que no es lo mismo pero se parece bastante. Si juntamos todo esto a la presión de terminar un proyecto en el que llevas trabajando varios anhos y al hecho de verte llegando a un punto de inflexión, de esos en los que de pronto tienes que tomar decisiones gordas, de a qué me voy a dedicar cuando se acabe esto, en qué ciudad voy a vivir y esas pajas, y a lo de cumplir anhos, que lo llevo de regular a mal... se monta un tinglao...

Lo bueno de lo malo es que se aprende mucho de ello. Sí? Sí, seguro. Cómo me escribió un amigo hace unos meses, el dolor temporal es prácticamente insignificante en el arco de tu vida. Y sé que he tenido otros anhos muy malos y que ahora no recuerdo ni la mitad de lo mal que lo pasé.

De los tinglados hay veces que sólo te puede sacar la gente. A veces la misma gente que está involucrada en ellos. De los tinglados la mayoría de las veces sólo te saca la comunicación con los demás. Ha habido gente a la que nunca podré agradecer bastante lo que han hecho en estos últimos meses. Creo que se lo he dicho bastantes veces a todos ellos, pero lo voy a repetir aquí. Yo como las folclóricas: Sin vosotros no soy nada! Y sintiéndolo mucho no me refiero a los lectores de esto, me refiero a mi familia y amigos. Gracias mil.

Lo voy a dejar ya porque me duele la cabeza de llorar y porque tengo que recoger antes de que venga la gente a cenar.

María.

domingo, diciembre 17, 2006

Sacaime de aquí! 

Es domingo y estoy en el trabajo. Ayer fue sábado y yo estuve en la biblio hasta las dos de la tarde. Esto no es vida. Sólo me salva el finde, el lomo casero que me dio mi amiga ayer para cenar y el show increíble al que asistí por la noche. En la Volksbühne. Me encantó. Sobre todo estas dos canciones Smells like content y Take time. Son The Books. Los videos no son de ese concierto, pero de otros de la misma gira. Una paja más: anagramas de la palabra meditation. Salí emocionada del concierto y me fui a casa andando a la una de la mañana. Tardé 50 minutos, sin prisa pero sin pausa. No había nadie en la calle. Por toda la parte entre Kreuzberg y Mitte, ni un alma. Ah, bueno, también salvó el finde la fiesta del viernes en clase de flamenco, que nos arrancamos allí a bailar, mare mía, yo como si supiese, jaja, tango, fandango, sevillanas... y todo con las botas kickers (pseudo), ole.

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