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miércoles, marzo 16, 2005

El fumata se siente perseguido 

Ayer leí una noticia acerca de la "persecución del fumador" (me parto con la expresión), en ella recogían estos dos comentarios:

Carlos Rodríguez Braun, catedrático de economía dice:

?Es la tiranía de la bondad,una injerencia del poder político en las libertades ciudadanas, so capa de un objetivo positivo. Una cosa es recomendar que no se fume y otra muy distinta prohibirlo con medidas coercitivas, recortando la libertad. Todo eso forma parte del pensamiento único y hace menos plural a una sociedad. Es una forma de ley seca?.

Gustavo Martín Garzo, escritor dice:

?Esas medidas nos convierten en delatores, es una nueva forma de censura, de vigilancia. Resulta desproporcionado el rigor extremo con el tabaco, cuando hay cosas tanto o más peligrosas. ¿Que a alguien le molesta el humo? Bastaría con las normas elementales de educación y cortesía... No es necesario llevar las cosas tan lejos con unas medidas tan exageradas, tan puritanas?.


Yo es que no doy crédito. Y lo peor eran lo que los lectores añadían a estos comentarios, que sí, que era una persecución, y lo decían también los no fumadores. Lo que me pregunto es si la gente que opina así lo hace por ignorancia o por hipodresía, porque me cuesta pensar que a alguien se le escape todavía que el tabaco mata a los que tienes alrededor. Porque si aceptamos que la gente haga cosas que matan a los demás en los bares, o en los lugares de trabajo, las aceptamos todas, chatos, no sólo el fumar porque es lo que está históricamente aceptado. A mí dadme la oportunidad que me hago con cualquier spray tóxico, que me pone un montón tomarme una cerveza mientras mi mano le da al pifostio del vaporizador. Yo diría que me tranquiliza. Y trankis que no voy a escoger un producto que os mate rápido, si no alguno que sólo os produzca cáncer con el paso del tiempo y os vaya destrozando lentamente. Por cierto, supongo que se me puede considerar como fumadora (por suerte fumo bastante poco), pero no creo que los fumadores merezcan ninguna consideración al respecto.

Ays, que me enciendo. Con lo relajada que venía yo del finde, que nos fuimos a esquiar a la República Checa. Fue así sin planearlo. El viernes noche unos amigos nos dijeron que se iban al día siguiente y que había sitio y nos apuntamos, mejor dicho, nos apuntó el gringo, que a mí las cosas así planear me ponen histérica. Pero salió muy bien. A ver si lo repetimos ya para el año que viene.

Mañana nos vamos de vacaciones a Cerdeña a pasar diez días dando vueltas en la bici y acampando por donde cuadre. Por suerte parece que el tiempo esta mejorando. Aún me queda un montón por preparar para el viaje. Arrivederci, gente!

miércoles, marzo 02, 2005

Otra cultura. 

Tengo una compañera de trabajo, que se ha acabado convirtiendo en una amiga, que viene de Tailandia. Llegó a Berlín hace un año y medio y era la primera vez que salía de su país. Los primeros días aquí fueron muy duros para ella, aunque nunca llegó a quejarse. Pero notábamos que no comía, sabíamos que no conseguía dormir y que se pasaba infinitas horas hablando por teléfono con su familia. En este tiempo muchas cosas han cambiado para ella, pero muchas otras aún siguen igual.

Mi amiga es un poco infantil, tiene 30 años aunque no los aparenta ni físicamente ni, a veces, mentalmente. Pero bueno, es sólo el producto de una sociedad donde pensar por ti mismo está incluso peor visto que en la cultura europea. A los dos días de estar aquí un compañero del trabajo fue con ella a dar una vuelta y nosotros quedamos también con ellos para tomar algo. Estuvimos hablando de que tenía que buscar un piso para vivir y entonces fue cuando nos dijo que no le importaría compartir piso, pero que no podía ser con hombres porque su cultura no se lo permitía. Al gringo, como lo que más le gusta en el mundo es provocar, sólo se le ocurrió comentarle que entonces ser gay en Tailandia debía de ser muy guay, porque así podías vivir con tu pareja sin que nadie dijera ni mú. A Mun (voy a llamar así a mi amiga aunque no es su nombre, es el de la protagonista de "The eye", que es una película tailandesa de terror que no quise ver hasta el final porque me cagué de miedo, y eso que es bastante mala), bueno pues a Mun le entró una risita de esas de cuando tienes 4 años y alguien dice polla. En esa primera conversación también nos contó que sus películas favoritas eran las comedias románticas de hollywood, Sandra Bullock y to la pesca, y las de Walt Disney.

Durante la primera semana le hice muchísimas preguntas sobre su país. Manteníamos unos diálogos para besugos impresionantes porque su pronunciación en inglés es muy particular, no es que la mía sea mucho mejor, pero yo me entiendo. Y luego lo de contestar siempre "sí", incluso cuando quiere decir "no", no ayuda mucho. Una de las conversaciones fue así:
Yo: Mun, y en Tailandia que tipo de gobierno tenéis?
Sin respuesta.
Yo: Quiero decir, tenéis una democracia?
Mun: Ah! Síí, Síí (siempre lo dice dos veces y alargandola palabra, en realidad es Yeess, yeess).
Yo: Pero una democracia de esas en las que se vota?
Mun: Síí, Síí.
Yo: Y votáis cada cuatro años?
Mun: Síí, Síí.
Ahí es cuando a mi me empieza todo a oler raro y me pregunto si no me estará contestando que sí a todo lo que pregunto, así que ataco:
Yo: O cada cinco años?
Mun: Síí, Síí.

Me quedé de piedra y le puse la típica cara pez-polla, que digo yo. No sabía si es que no me lo quería contar, no lo sabía, o no quería decir no. Con el tiempo aprendí a distinguir entre el "sí" que significa "sí" y el "sí" que significa "no". Pero soy la única en el curro que lo consigue y además soy la que mejor se entiende con ella, así que muchas veces me veo traduciendo lo que Mun dice del inglés al inglés para que lo entiendan mis compañeros. Y es que de alguna manera yo casi siempre entiendo como piensa ella (e intuyo que ella entiende como pienso yo).

Durante todo este tiempo he conseguido que aprenda varias cosas. Por ejemplo a decir "no". No lo hace mucho, y se nota que le cuesta. Si tu le ofreces algo, aunque no quiera probarlo, siempre lo hace, porque para ellos lo contrario sería una descortesía. Así que le he explicado que para mí la descortesía es que siendo mi amiga no tengas confianza para decirme lo que prefieres. También le deja alucinada que puedas dirigirte a una persona mayor que tú sin esperar a que esta te pregunte. O que le hagamos bromas a mi jefe. O que yo beba o fume; en su país que lo hagan los hombres está bien visto, pero que lo hagan las mujeres no. Por supuesto que flipa con mi manera de hablar, porque en cada frase hay un fucking, fuck, what the fuck, shit, shitty, etc.

El otro día un compañero de trabajo, nada menos que el perro, dio una charla. Era en alemán, pero como a Mun también le llegó una invitación por correo, pues fue. La charla fue infinita y después empezaron a hacer preguntas y más preguntas. Mun la pobre aguantó allí sin entender ni papa, hasta que yo le dije que se podía marchar, que primero, estamos en Alemania, país donde todo el mundo se marcha en medio de una charla o una clase, o sale al baño, o se echa una cabezadita, sin que a nadie le parezca mal. Y segundo, que todos sabíamos que ella no entiende alemán y que tiene más cosas que hacer. Ella me decía que le gustaría irse, pero le daba mal rollo. Y yo comiéndole la cabeza, diciendo que tenía que superarlo. Jajajaja. A la pobre le daban hasta sudores. Entonces varios de los compañeros alemanes que estaban allí empezaron a desfilar y pirarse y Mun flipando. Pero ni aún así consiguió salir. Esperó hasta el final, y para ser cortés conmigo también, me dijo que lo intentaría en la próxima ocasión.

Cosas que a mí me flipan de ella es por ejemplo, que cuando viajan y van a hostales de estos donde las duchas son comunes, se levantan a las 2 de la mañana para irse a duchar sin que haya nadie más allí. Una de ellas se ducha y las demás vigilan que no entre nadie.

Pero algunas cosas sí han cambiado. Por ejemplo, durante los primeros meses nos enseñaba fotos de la monarquía tailandesa, y sus palacios y tal, como orgullosa. Creo que oirme rajar en muchas ocasiones sobre la monarquía española, le ha ayudado a verlo de otra manera. No sólo eso, si no que ahora es capaz de ser crítica con su primer ministro, habla de los gays con toda soltura (durante una época era su conversación favorita), y por ejemplo en la última cena de departamento que tuvimos, nos pregunto al gringo y a mí por qué nosotros no éramos religiosos y como se vivía la religión en España y Alemania. En buena hora; la respuesta duró media cena! Ella es budista y las absurdas supersticiones y tradiciones que lleva a cuesta no son producto de su religión, sino de su cultura. Pero creo que le pareció interesante la chapa que le dimos. Y al gringo le adora, a pesar de que éste siempre toca de una manera crítica temas un poco escabrosos de su cultura y de la nuestra. Al menos siempre me está trayendo regalos para él, sobre todo comida. Y él le trae películas en dvd para que vea.

Bueno, me he enrollao un poco, pero es que la adoro y además me fascina todo lo que tenemos distinto y todo lo que tenemos igual.

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