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miércoles, diciembre 03, 2003

Confesión. 

Ay... escribo de pascuas a ramos... En realidad estaba evitando tener que comunicaros la triste noticia: soy una vaga y una cobarde y no he vuelto a nadar. Buahhhhhh, es retriste, ya lo sé. A lo mejor el año que viene... bah, a quien quiero engañar?, si yo ni siquiera me he planteado nunca los típicos propósitos de año nuevo...

A otra cosa más interesante.
Ayer salimos a cenar. Ay, sí. Y no a nuestro restaurante árabe favorito en donde pagamos 3,5 euros por comer dos. No. A un sitio de los de verdá. Quiero decir, de donde hay que dar un billete de verdá. Aunque tengo que reconocer que cogimos un bono de los que dan con una de las revistas con el programa de la ciudad, así que no tuvimos que pagar uno de los platos, lo cual redujo el precio... nosotros siempre en nuestro rata-style. Fuimos a un restaurante etiope. Genial. Ya había ido a uno en SF y es que mola ganso lo de comer con las manos. Y luego que hay sabores como muy españoles, esas lentejillas y esa carne guisada, hmmm! Y luego esa camarera, negra como el tizón y con una sonrisa enorme, es que me encantan.

Más descubrimientos, un café, el Hands-up, en el que los lunes ponen cine en español, gratis, por supuesto. Está muy bien, lo único malo es que tampoco está tan cerca de casa y no se sabe con antelación la peli que van a poner. Yo creo que van a alquilar el DVD el mismo día y por eso no lo saben ni ellos. El español que me dio el tip dice que antes las ponían con subtítulos, pero ahora ya no. La próxima vez que vaya les pregunto el porqué. Fui hace dos semanas y vi “Sin noticias de Dios”. Bueno. Se deja ver. Y más gratis, con una buena cerveza y en otro país. El bar se llama así porque el resto de los días es sordomudos-oriented, creo; no veo clara la relación con las pelis en español.

A pesar de llevar más de tres años viviendo en Alemania, sigo siendo muy española. Me refiero, en este caso, al concepto de tener vergüenza, que según parece, no es relevante para los teutones. Dentro de nuestro proyecto (hoy en día todas las parejinas tienen proyectos comunes, no? pues éste es el nuestro, que pasa?) “pa’ qué pagar pudiendo hacerlo gratis”, el sábado intentamos ver en un ex–squat dos pelis. “Gummo” y “No man’s land”. Quedé allí con el gringo (debería de escribirlo con mayúscula?) que venía de una workshop, o una conferencia o una de esas cosas que hace él. Yo no conocía el sitio y cuando llegué allí me dio como palo entrar y con la excusa de “seguro que él aún no ha llegao porque no veo su bici por ningún sitio”, pues me quedé esperando en la calle. Empezó a llover, se me empezaron a congelar los dedos de los pies, se me acabó la batería del móvil, cada vez me sentía más ridícula esperando allí, pero como iba a entrar después de media hora de empezada la peli? Así que seguí esperando y esperando como una gili, hasta que vi al chaval salir por la puerta cagándose en mí. El probe, como me conoce, pensaba que había petao con la bici o algo así. Ahora ya me conoce un poco más: ahora sabe que si tengo el día tonto puedo estar casi una hora esperando en la calle porque no me atrevo a entrar a un local. Tampoco me perdí nada, porque esos eran una panda de punkies mal organizados que en el último momento decidieron no poner las pelis. Menos mal porque si no, éste no hubiera salido en la vida...

La espera me sirvió para tener otro de “esos” encuentros. Sí, esos en los que una persona, siempre un hombre y habitualmente de otro continente, en esta ocasión de África, se te acerca a dar palique de la manera más agresiva. Esperas a alguien? A un hombre? Es un amigo o es tu amigo (=novio al traducir del alemán)? A mí ahí ya me estaba tocando mucho las narices (me pongo de un fino pa’ escribir en este blog!) así que le pregunté que si era de la poli. Jeje, probe, puso una cara de susto! Pero cómo voy a ser yo de la Polizei? Pero si ni siquiera soy alemán!! Y yo: ah, no me digas, pues no se te nota nada. Y además como preguntas tanto...
Es una buena manera de espantarlos y además sólo ver la carina que ponen merece la pena.

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